30/8/12

Mi pequeño ceramista

En los últimos cursos (y cruzamos los dedos para que vuelva este!) tuvimos en el cole la suerte de contar con una supermamá que daba por amor al arte una extraescolar de cerámica estupenda. Es Adela, la mamá de Dani, la mujer de Pepe... ¡la profe de barro!

En estos días que está en el ambiente la incertidumbre de los nuevos profes que vendrán, la duda de si tendremos suerte y volverán los que tanto queremos, me vino a la memoria que no había enseñado yo aquí las obras de Nel en clase de cerámica... y es que el tener a Adela, a Dani y a Pepe entre nosotros a partir de septiembre está tan en el aire como el resto, al son de las listas de interinos... confiemos en tener suerte, no?

Pues en estos cursos que lleva yendo a clase de barro (por mucho que nos queramos poner finos, para los peques la cerámica no existe!) Nel aprendió por ejemplo lo que es la barbotina, que yo lo tuve que consultar con san Google aquel mismo día, para no quedar de madre cateta y analfabestia a los ojos de mi retoño. Y también aprendió a tener paciencia para esperar a que las figuras se sequen y se cuezan antes de pintarlas, y a no enfadarse -o no enfadarse demasiado- cuando no le sale lo que quiere. Y que en el barro se pueden hacer carreteras imaginarias. Pero sobre todo disfrutó liberando energías, o como él dice "puñeteando". Era la conversación más habitual al salir:

yo- ¿y qué hiciste hoy en cerámica?
Nel- ¿en barro?
yo- síiiii, en baaaaaarro...
Nel- estuve puñeteando mucho rato, pam, pam, pam, y después corté con el cuchillo, zas, zas, y luego hice una bola así fiiiiiuuuuunnnn, y la aplasté puñeteándola ¡PAM, PAM, PAM!!

Puñetear es exactamente lo que parece: un tipo estupendo de terapia, consistente en arrear puñetazos a un pobre trozo de barro indefenso hasta que te duele la mesa (la mano a estos canijos no les duele jamás!!). Me gusta que de vez en cuando puñetear no sea hacerme la puñeta a mí... ¡lo siento por el trozo de barro!

Pero entre puñeteo y puñeteo se ve que le dio tiempo a todo, porque poco a poco fue trayendo para casa estas obras de arte:

un caracol a la sombra de una sombrilla (de encaje y seda?)
un ratón, una "tarjeta de amor", un piragüista simpatiquísimo
y todo un señor pingüino emperador

¡¡Que no estoy yo poco orgullosa de nuestras piezas únicas!! Los mayores hacen cosas chulísimas: muñecas, jarrones, candelabros, cajas... pero a mí el estilo de estas figuras tan infantiles me cautiva, no sé dónde ponerlas que las vea a menudo y no corran riesgos!


1 comentario:

  1. nos encanta el piragüista!! teneis que probar con fimo, también le va a gustar mucho!

    ResponderEliminar

Di algo, no te cortes... ¡que estamos en confianza!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...